Por Principios

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jueves, julio 27, 2006

“Breve reseña acerca de nuestra identidad”




“Como podemos vernos cara a cara mientras no tengamos rostro” C.S. Lewis
Este como muchos otros ensayos comienza con una cita, aunque algunas veces se ocupan sin preocuparse del sentido que tienen con el texto y se pierden y pasan al anecdotario. Esta, sin embargo, es enormemente simbólica y directamente relacionada con el contenido del ensayo, empiezo, así pues, con la historia de estas diez palabras que encabezan este trabajo.
Esta cita forma parte de una obra del escritor C.S. Lewis (novelista y ensayista ingles) llamada “mientras no tengamos rostro” y editada en 1996, en ella se incluye una especie de fábula enmarcada en la tradición griega clásica que es la historia de Orual y Psique, dos hermanas que compartían un gran amor y complicidad casi infantil.
Psique fue condenada a vivir sola en las montañas ya que el oráculo la consideraba la culpable de los males de la ciudad. Su hermana que la creía muerta se anima a ir a buscar sus restos para darle sepultura, pero se encuentra con ella viva y sana.
Aquí cobra relevancia el modo en que Lewis presenta este encuentro en que Psique le relata entusiasmada su destino, su palacio y su amante nocturno y, sin embargo Orual no es capaz de percibir ese palacio invisible ni los motivos de felicidad de su hermana. Al regresar al pueblo, y luego de consultar a dos personas de confianza, Orual llega a la conclusión de que nada bueno puede ser lo que le esta ocurriendo a su hermana, lo que la induce a pensar que esta puede estar loca o presa de un hombre malintencionado. Es por ello que vuelve a verla, obligándola – bajo juramento – a prender en la noche una vela para ver quien era su amante, y se queda esperando a cierta distancia, para poder acoger a su hermana cuando se de cuenta de su engaño. En un momento ve que se enciende una luz y, al rato, escucha un grito. El valle comenzó a temblar, tronar e inundarse, y mientras ella escucha a su hermana alejarse llorando, se le aparece un dios que le dice: “ Ahora Psique partirá hacia el exilio. Ahora tendrá que pasar hambre y sed y andar por tortuosos caminos. Aquellos contra los cuales yo no puedo luchar dispondrán de ella a voluntad. Tu, mujer, conocerás tu obra y a ti misma. Tu también serás Psique” (Lewis 1996).
Resulta significativo que en el momento que el dios adquiere rostro, Orual decida esa misma noche cubrir el suyo con un velo para ocultar “su fealdad”.
Algo similar sucede con nuestra vida, cuando, con el fin de no lidiar con asuntos del pasado, simplemente los olvidamos o escondemos; ponemos un velo frente a determinados hechos que son parte constitutiva de nuestra historia y, por lo tanto de nuestra identidad personal y social.
En la novela está latente una pregunta que los seres humanos siempre se han formulado en el curso de los siglos: ¿quien soy yo? Pero “ no simplemente quien es el hombre en general, sino que debe tener la vida para que sea mi vida, como lo que pasa puede llegar a ser lo que me pasa, que debo hacer para que mi apariencia no sea una mascara sino mi verdadero rostro. Es la pregunta por el camino que debe seguir el hombre para redescubrir su identidad personal: su nombre propio” (E.Terrasa).
El tema de la identidad es complejo en el caso de los hombres y aun más en el caso de los pueblos y de los partidos políticos en los que confluyen y conviven diversas sensibilidades y personalidades.
Sin embargo es posible distinguir algunos indicadores que nos permiten acercarnos a alguna definición siempre expuesta a alguna censura.
En el caso de nuestro país podríamos decir que es un país alegre, de gente solidaria y de belleza en sus paisajes, este análisis se basa en el transitar de nuestra historia, de las reacciones que ha tenido nuestra gente a catástrofes naturales o simplemente de la apreciación que tenemos de nuestros compatriotas con los que compartimos en la vida diaria.
La historia de Chile es rica en procesos democráticos pero con algunas “manchas” en sus hojas, ha sido escrita por muchos en distintas épocas y sus etapas han tenido finales felices y dramáticos. Si hablamos de la segunda mitad del siglo veinte nos encontramos, incluso, con iniciativas maravillosas de reivindicación de los derechos de los trabajadores, de los pobres, y de los campesinos. Esta parte (la segunda mitad del siglo veinte) podríamos dividirla en dos sub-etapas claramente identificables:
_ Gobiernos progresistas (Frei Montalva, Allende)

_ Dictadura y receso del proceso democrático

Esta división nos permite hablar de esta parte de nuestra historia sin equivocarnos y sin caer en relatar los detalles que harían demasiado extenso este trabajo.
Acerca de Frei, gobierno al que califico de “libre y democrático, no capitalista y de enorme representatividad”, podemos decir que se desarrollo en un clima complejo y de amplia polarización y con el agregado de que la Democracia Cristiana debió gobernar sola y con la oposición de los extremos políticos que representaban aproximadamente un tercio cada uno.
Realizo en el país transformaciones radicales que tienen incidencia hasta hoy, le otorgo dignidad a un segmento de la población que hasta ese momento se encontraba abandonada y sin organización permitiendo construir el tejido social que perdura hasta la actualidad.
En términos políticos Frei logro acuerdos con ambos extremos de la oposición y saco adelante su programa casi intacto logrando los objetivos propuestos al inicio de su gobierno.
Los democratacristianos teníamos un rumbo y una idea clara de país, construida con debate y participación de sensibilidades y posturas distintas que convivían y trataban de generar un proyecto común que se reflejo en las realizaciones de Frei, en el ritmo y la modalidad de su estilo.
Allende en tanto representaba a un sector también “progresista” aunque de forma más radical, en el fondo el tenor de sus transformaciones y los beneficiados por ellas eran muy similares a las del gobierno de Frei y muy parecida también al “socialismo comunitario” de la Democracia Cristiana. (“El pensamiento de la Democracia Cristiana”, Ed. Emanuel Mounier, 1970).
Sin embargo la poca disciplina de los dirigentes y partidarios de la Unidad Popular, la polarización a niveles de odio, la poca colaboración de la oposición, el acaparamiento de insumos por parte de los dueños de los medios de producción, derivaron en la crisis que Radomiro Tomic anticipo en su discurso de proclamación de su candidatura “ o la verdadera revolución democrática y popular con amplios niveles de participación del pueblo o la crisis indefinida del proceso de cambios y el receso indefinido de nuestra democracia”.
En el análisis de don Radomiro falto la posterior dictadura, la violación de los derechos humanos, y la destrucción de un proceso democrático con bastante trayectoria envidiado por muchos y que incluso el Che Guevara califico de “completo y efectivo, en donde no es necesaria la guerrilla para concretar la utopía socialista, no así en el resto de Latinoamérica”.
Los militares y así llegamos a la segunda parte de nuestro análisis, inspirados en la “doctrina de la seguridad nacional” y en el modelo de otras dictaduras latinas, motivadas y en parte financiadas por el gobierno de Estados Unidos, encabezaron la dictadura más cruel y sanguinaria de nuestra historia, destruyeron el tejido social prohibiendo los partidos y las organizaciones sociales para controlar mente y cambiar la mentalidad de los chilenos hasta llegar a lo que tenemos hoy, una sociedad de corte burgués muy similar a la que combatieron y criticaron los jóvenes falangistas fundadores de la Democracia Cristiana, pero con las particularidades propias de un mundo distinto, mas moderno y con otro cuadro político y social.
Así llegamos al gobierno de transición a la democracia luego de la derrota de la dictadura en el plebiscito de 1989, encabezado nuevamente por un democratacristiano responsable por el destino de millones de chilenos y del inicio del nuevo proceso democrático
Este democratacristiano fue don Patricio Aylwin y encabezo un gobierno en un periodo complejo, con muchas restricciones y “leyes de amarre”, con pocos espacios de justicia y con altos índices de pobreza heredados de la dictadura. A pesar de las dificultades el presidente y la coalición que lo acompañaba logro salir adelante completando la mayor parte de los puntos de su programa.
Ya casi al final del siglo, con un país con altos niveles de crecimiento, aunque con pésima distribución de la riqueza, es elegido (los misterios de la historia) el hijo del ex presidente Frei Montalva, el democratacristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que debería encargarse del despegue de la economía nacional, de propiciar el desarrollo del país y de reducir las desigualdades en el ingreso, al igual que lo hiciera su padre, aunque claro, considerando las diferencias notables entre los dos procesos.
Así nos encontramos con nuestra realidad actual, compleja y difícil de describir, con costumbres distintas y con casi nula conciencia cívica e interés por la actividad política, una sociedad consumista, y que privilegia la apariencia y la imagen antes de lo espiritual. Ante esto nos queda solo la lucha consistente y sincera, la reivindicación de la actividad política como la única capaz de solucionar las diferencias en paz, la defensa de la democracia, la lucha por ampliar los derechos de los trabajadores y de los mas pobres, lo que nos queda por hacer es descubrir nuestra identidad, encontrar nuestro rostro, para por fin mirarnos cara a cara y reconocernos como compatriotas, como humanos, en definitiva hombres y mujeres con los mismos derechos y oportunidades, lo que nos espera para el bicentenario es esforzarse por construir una patria justa y de hermanos, como decía un poeta famoso “nuestra lucha es concientizar”.

Nicolás Barrientos Oradini

1 Comentarios:

At 12:21 a. m., Anonymous Anónimo said...

solo decir que termino la era del consumismo y llego la era del cooperativismo y solo asi la JDC tiene un futuro y recuerden que el enemigo, no esta entre nosotros a pesar de la diferencias legitimas de cada uno, todos hacemos falta para que esta generacion tenga legitimidada y poder y por sobre todo para transformar la realidad que a muchos les aflige
abrazos llenos de colores
Gabriel Pozo
08-4642739
gabopozo@gmail.com

 

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