Por Principios

Blog creado para la discusión de temas importantes sobre el humanismo cristiano, el partido demócrata cristiano. y las elecciones de la Juventud.

domingo, septiembre 03, 2006

Nuestro Logo

Nuestro logo creado hace ya varias semanas, ha causado buenas impresiones. Esperemos que nos siga acompañando hasta el final... Será parte de todas las campañas Territoriales de nuestros candidatos y sin dudas, nuestra campaña Nacional... Vamos Tatán, vamos Barrientos, vamos Pavez... que cambiaremos las lógicas...

domingo, agosto 20, 2006


La Región Metropolitana, necesita una verdadera estructura regional. Basta de la mediocridad que ha envuelto a nuestro partido. Demosle la oportunidad a la sabia nueva.
"PEKE" estamos Contigo...

martes, agosto 15, 2006

Con optimismo y un profundo sentimiento de fraternidad se desarrolló Jornada de Reflexión de la JDC en Los Ángeles

Como todo un éxito calificó la Directiva Provincial de la Juventud Demócrata Cristiana de Los Ángeles, la Jornada Regional de Reflexión y Foro Nacional denominada “JDC hacia el Bicentenario”, la cual se organizó el pasado sábado 12 de agosto durante todo el día, por parte de la directiva comunal y provincial de la JDC de Los Ángeles.

Durante la jornada de la mañana expusieron dos de los tres Candidatos a la Presidencia Nacional de la JDC, los camaradas Sebastián Iglesias de profesión Abogado y el Sr. Patricio Cuadra de profesión Contador Auditor, quienes hicieron un completo diagnóstico de la realidad que vive la Juventud Demócrata Cristiana de Chile, además de realizar contundentes propuestas para construir una nueva juventud política, mucho más cercana a las necesidades de los jóvenes y del país, sustentada doctrinariamente, en el próximo Congreso Ideológico que se encuentra impulsando la presidenta nacional del partido Senadora Soledad Alvear. El camarada Héctor Gárate excusó su asistencia al Foro, por encontrarse con algunos problemas de carácter personal. Posteriormente, se desarrolló un almuerzo de camaradería en un céntrico restaurant de la ciudad de Los Ángeles, donde todos los asistentes al evento tuvieron la oportunidad de degustar la tradicional “Pollona”, plato típico de la ciudad.

Luego, durante la jornada de la tarde, expusieron los camaradas Candidatos a la Presidencia Regional de la JDC Región del Bío-Bío, Srta. Sandra Garcés, de profesión Asistente Social y el Sr. Sebastián Morales, estudiante de Derecho, quienes además de realizar una completa evaluación política de la realidad de la región, formularon sus propuestas de trabajo, las cuales fueron discutidas en profundidad con todos los asistentes a la jornada, concordándose con la necesidad de pensar una nueva JDC de cara al bicentenario.

Cabe señalar que en dicha jornada participaron alrededor de 50 jóvenes de entre 18 y 29 años, provenientes de distintas comunas del país, tales como Concepción, Talcahuano, Penco, San Rosendo, Antuco, Rancagua, Arica, Collipulli, Santiago y Los Ángeles.


Para mayor información visita el blog de la JDC Los Ángeles:

http://jdclosangeles.blogspot.com

viernes, agosto 11, 2006

Carta a los Militantes JDC


Por Principios.......


"Nuestra acción no está orientada esencialmente al éxito sino al testimonio… aunque estuviéramos seguros del fracaso, nos pondríamos en marcha de todas formas, porque el silencio se ha convertido en intolerable…” Revolución Personalista y Comunitaria, Emanuelle Mounier)


Queridos amigos, camaradas:


Este año nos enfrentamos a una elección de nuestra Juventud Demócrata Cristiana y he decidido presentarme como candidato. Las razones personales tienen que ver con mi fe y con la profunda vocación política que me acompaña desde hace años. Las colectivas con la esperanza de trabajar en convertir a la Juventud Demócrata Cristina en una herramienta de transformación social en que los principios social cristianos iluminan su actuar y los afectos inundan su convivencia.

Es tiempo de detenerse y pensar. Nuestra Juventud se encuentra sumergida en un letargo ajeno y extraño a su naturaleza. Las elecciones parecen movilizar pequeñas componendas de poder que permiten elegir una nueva directiva. En el presente todo parece subsumido en la mediocridad. Los tiempos épicos para algunos ya pasaron, y ahora el honor y el valor de la palabra parecen desaparecidos. Con consternación vemos que los principios se transan por un cargo y los afectos se rompen por un negocio electoral. Con tristeza vemos que el partido requiere urgente de nuevos líderes, de nuevas utopías y nosotros seguimos enredados en la mediocridad. Sé que todos estamos cansados del triste espectáculo de la descalificación, el pelambre o el negocio. Sé que todos estamos cansados de las militancias para pocos y de a pocos. Debemos exiliar las malas prácticas y la lógica del rebaño.

Nos encontramos en el dilema histórico de seguir marcando el paso o recuperar nuestra vocación de vanguardia. Estamos en el punto de inflexión.

Nuestra Juventud se encuentra atravesada por gestas y nombres heroicos que cambiaron para siempre este país. Leighton, Frei, Tomic, Palma, Orrego, Gumucio, rememoran los sueños de la juventud chilena de su epoca. Al detenernos en nuestra historia vemos que el peregrinaje de la Juventud Demócrata Cristiana cambió la realidad del campo, del pueblo y de la democracia. Al mirar hacia atrás nos damos cuenta que los jóvenes demócrata Cristianos fuimos la conciencia critica de la sociedad.

La oportunidad, entonces, es gigantesca. Es el momento de ser protagonistas del presente. Tradición y cambio representan nuestra identidad, necesitamos los héroes que habitan en cada uno de nuestros militantes. Debemos ser héroes que se alcen, que quieren cambiar la historia y construir el futuro. Esto comienza con la elección de la directiva de la Juventud y no terminará hasta transformar el país. La lectura de los tiempos entonces es simple y las opciones aún más: quedarnos entre el letargo y la mesura o apostar a la rebeldía de ser constructores de la historia del país con el sello social cristiano.

Entré a militar a nuestro Partido para ayudar a construir una patria bajo los principios humanistas cristianos y no para sumergirme en acuerdos políticos. Soy democratacristiano porque creo que en la libertad y en la comunidad. Participo en política, porque a través de ella se pueden cambiar los sistemas vigentes y mejorar la vida de los chilenos. Ahora es el tiempo revolucionario de construir. La misión de nuestra Juventud es reconstruir nuestra identidad política e inundar el Partido de modernidad. Estoy seguro qué –como yo- están cansados que la sociedad se extrañe al ver jóvenes levantando banderas democratacristianas. Debemos encumbrarnos y construir sobre tierra arrasada, debemos volver a interpelar a Chile y nuestra gente. Nuestra oportunidad consiste en saber que en realidad una pequeña minoría –los democratacristianos- sí pueden cambiar este país y que este Partido aún mantiene su capacidad de guiar la transformación profunda de los sistemas vigentes, para alcanzar la verdadera justicia social y la plena libertad de los pueblos.
La responsabilidad de la Juventud Demócrata Cristiana es estar a la vanguardia de este proceso.

Ante todo fraternos, rebeldes y responsables. Ante todo consecuentes......

Creo entonces que, en esta elección, la respuesta debe orientarse hacia la construcción de un ideal común inspirado en la lealtad y la acción política. De otro modo, nuestro silencio sólo beneficiaría a aquellos que sepultaran definitivamente nuestros principios socialcristianos y lo transformarán sólo en ejercicios de poder. La respuesta debe ser una declaración de fe en nuestros valores y en el protagonismo que debemos asumir hacia adelante. La esperanza de hacer de estos tiempos, los tiempos mejores donde viven nuestras ideas. Reivindicar el valor de la política, del humanismo cristiano, enarbolar con orgullo nuestra tradición y representar la esperanza de cambio social deben ser los objetivos de nuestra Juventud política. Esa es la opción que se nos presenta este 15 de Octubre.....

Estamos entrando en una nueva era. El Congreso Programático hará renacer nuestra identidad partidaria; el Partido requiere urgente jóvenes libres que renueven su energía y refresquen su acción en las calles, en las sedes, en las regiones, en los barrios. El espíritu republicano renace entre los jóvenes y no podemos mantenernos ajenos a este proceso, debemos liderarlo. Debemos revivir las comunidades de base. Debemos luchar contra la inequidad en la distribución del poder político y económico. Nuestra gestión será eficiente y efectiva: eficiente en la formación de nuevos cuadros y efectiva en los resultados políticos. Mucha más reflexión pero sobre todo mucho más acción. Son absolutamente complementarias ambas tareas: pensar y vivir con lo que creemos......esa es nuestra historia..... a través de esta candidatura queremos que ese sea nuestro futuro.


Sebastián Iglesias R.
Por Principios


Y sin saber como paso/
fue solo poder escuchar/
como te late el corazón/
alta tarea es recordar/
alto trabajo es esperar/
más alto es poder decidir/
que camino hay que tomar
Vicentico, “El Tonto”, Los Rayos

jueves, julio 27, 2006

“Breve reseña acerca de nuestra identidad”




“Como podemos vernos cara a cara mientras no tengamos rostro” C.S. Lewis
Este como muchos otros ensayos comienza con una cita, aunque algunas veces se ocupan sin preocuparse del sentido que tienen con el texto y se pierden y pasan al anecdotario. Esta, sin embargo, es enormemente simbólica y directamente relacionada con el contenido del ensayo, empiezo, así pues, con la historia de estas diez palabras que encabezan este trabajo.
Esta cita forma parte de una obra del escritor C.S. Lewis (novelista y ensayista ingles) llamada “mientras no tengamos rostro” y editada en 1996, en ella se incluye una especie de fábula enmarcada en la tradición griega clásica que es la historia de Orual y Psique, dos hermanas que compartían un gran amor y complicidad casi infantil.
Psique fue condenada a vivir sola en las montañas ya que el oráculo la consideraba la culpable de los males de la ciudad. Su hermana que la creía muerta se anima a ir a buscar sus restos para darle sepultura, pero se encuentra con ella viva y sana.
Aquí cobra relevancia el modo en que Lewis presenta este encuentro en que Psique le relata entusiasmada su destino, su palacio y su amante nocturno y, sin embargo Orual no es capaz de percibir ese palacio invisible ni los motivos de felicidad de su hermana. Al regresar al pueblo, y luego de consultar a dos personas de confianza, Orual llega a la conclusión de que nada bueno puede ser lo que le esta ocurriendo a su hermana, lo que la induce a pensar que esta puede estar loca o presa de un hombre malintencionado. Es por ello que vuelve a verla, obligándola – bajo juramento – a prender en la noche una vela para ver quien era su amante, y se queda esperando a cierta distancia, para poder acoger a su hermana cuando se de cuenta de su engaño. En un momento ve que se enciende una luz y, al rato, escucha un grito. El valle comenzó a temblar, tronar e inundarse, y mientras ella escucha a su hermana alejarse llorando, se le aparece un dios que le dice: “ Ahora Psique partirá hacia el exilio. Ahora tendrá que pasar hambre y sed y andar por tortuosos caminos. Aquellos contra los cuales yo no puedo luchar dispondrán de ella a voluntad. Tu, mujer, conocerás tu obra y a ti misma. Tu también serás Psique” (Lewis 1996).
Resulta significativo que en el momento que el dios adquiere rostro, Orual decida esa misma noche cubrir el suyo con un velo para ocultar “su fealdad”.
Algo similar sucede con nuestra vida, cuando, con el fin de no lidiar con asuntos del pasado, simplemente los olvidamos o escondemos; ponemos un velo frente a determinados hechos que son parte constitutiva de nuestra historia y, por lo tanto de nuestra identidad personal y social.
En la novela está latente una pregunta que los seres humanos siempre se han formulado en el curso de los siglos: ¿quien soy yo? Pero “ no simplemente quien es el hombre en general, sino que debe tener la vida para que sea mi vida, como lo que pasa puede llegar a ser lo que me pasa, que debo hacer para que mi apariencia no sea una mascara sino mi verdadero rostro. Es la pregunta por el camino que debe seguir el hombre para redescubrir su identidad personal: su nombre propio” (E.Terrasa).
El tema de la identidad es complejo en el caso de los hombres y aun más en el caso de los pueblos y de los partidos políticos en los que confluyen y conviven diversas sensibilidades y personalidades.
Sin embargo es posible distinguir algunos indicadores que nos permiten acercarnos a alguna definición siempre expuesta a alguna censura.
En el caso de nuestro país podríamos decir que es un país alegre, de gente solidaria y de belleza en sus paisajes, este análisis se basa en el transitar de nuestra historia, de las reacciones que ha tenido nuestra gente a catástrofes naturales o simplemente de la apreciación que tenemos de nuestros compatriotas con los que compartimos en la vida diaria.
La historia de Chile es rica en procesos democráticos pero con algunas “manchas” en sus hojas, ha sido escrita por muchos en distintas épocas y sus etapas han tenido finales felices y dramáticos. Si hablamos de la segunda mitad del siglo veinte nos encontramos, incluso, con iniciativas maravillosas de reivindicación de los derechos de los trabajadores, de los pobres, y de los campesinos. Esta parte (la segunda mitad del siglo veinte) podríamos dividirla en dos sub-etapas claramente identificables:
_ Gobiernos progresistas (Frei Montalva, Allende)

_ Dictadura y receso del proceso democrático

Esta división nos permite hablar de esta parte de nuestra historia sin equivocarnos y sin caer en relatar los detalles que harían demasiado extenso este trabajo.
Acerca de Frei, gobierno al que califico de “libre y democrático, no capitalista y de enorme representatividad”, podemos decir que se desarrollo en un clima complejo y de amplia polarización y con el agregado de que la Democracia Cristiana debió gobernar sola y con la oposición de los extremos políticos que representaban aproximadamente un tercio cada uno.
Realizo en el país transformaciones radicales que tienen incidencia hasta hoy, le otorgo dignidad a un segmento de la población que hasta ese momento se encontraba abandonada y sin organización permitiendo construir el tejido social que perdura hasta la actualidad.
En términos políticos Frei logro acuerdos con ambos extremos de la oposición y saco adelante su programa casi intacto logrando los objetivos propuestos al inicio de su gobierno.
Los democratacristianos teníamos un rumbo y una idea clara de país, construida con debate y participación de sensibilidades y posturas distintas que convivían y trataban de generar un proyecto común que se reflejo en las realizaciones de Frei, en el ritmo y la modalidad de su estilo.
Allende en tanto representaba a un sector también “progresista” aunque de forma más radical, en el fondo el tenor de sus transformaciones y los beneficiados por ellas eran muy similares a las del gobierno de Frei y muy parecida también al “socialismo comunitario” de la Democracia Cristiana. (“El pensamiento de la Democracia Cristiana”, Ed. Emanuel Mounier, 1970).
Sin embargo la poca disciplina de los dirigentes y partidarios de la Unidad Popular, la polarización a niveles de odio, la poca colaboración de la oposición, el acaparamiento de insumos por parte de los dueños de los medios de producción, derivaron en la crisis que Radomiro Tomic anticipo en su discurso de proclamación de su candidatura “ o la verdadera revolución democrática y popular con amplios niveles de participación del pueblo o la crisis indefinida del proceso de cambios y el receso indefinido de nuestra democracia”.
En el análisis de don Radomiro falto la posterior dictadura, la violación de los derechos humanos, y la destrucción de un proceso democrático con bastante trayectoria envidiado por muchos y que incluso el Che Guevara califico de “completo y efectivo, en donde no es necesaria la guerrilla para concretar la utopía socialista, no así en el resto de Latinoamérica”.
Los militares y así llegamos a la segunda parte de nuestro análisis, inspirados en la “doctrina de la seguridad nacional” y en el modelo de otras dictaduras latinas, motivadas y en parte financiadas por el gobierno de Estados Unidos, encabezaron la dictadura más cruel y sanguinaria de nuestra historia, destruyeron el tejido social prohibiendo los partidos y las organizaciones sociales para controlar mente y cambiar la mentalidad de los chilenos hasta llegar a lo que tenemos hoy, una sociedad de corte burgués muy similar a la que combatieron y criticaron los jóvenes falangistas fundadores de la Democracia Cristiana, pero con las particularidades propias de un mundo distinto, mas moderno y con otro cuadro político y social.
Así llegamos al gobierno de transición a la democracia luego de la derrota de la dictadura en el plebiscito de 1989, encabezado nuevamente por un democratacristiano responsable por el destino de millones de chilenos y del inicio del nuevo proceso democrático
Este democratacristiano fue don Patricio Aylwin y encabezo un gobierno en un periodo complejo, con muchas restricciones y “leyes de amarre”, con pocos espacios de justicia y con altos índices de pobreza heredados de la dictadura. A pesar de las dificultades el presidente y la coalición que lo acompañaba logro salir adelante completando la mayor parte de los puntos de su programa.
Ya casi al final del siglo, con un país con altos niveles de crecimiento, aunque con pésima distribución de la riqueza, es elegido (los misterios de la historia) el hijo del ex presidente Frei Montalva, el democratacristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que debería encargarse del despegue de la economía nacional, de propiciar el desarrollo del país y de reducir las desigualdades en el ingreso, al igual que lo hiciera su padre, aunque claro, considerando las diferencias notables entre los dos procesos.
Así nos encontramos con nuestra realidad actual, compleja y difícil de describir, con costumbres distintas y con casi nula conciencia cívica e interés por la actividad política, una sociedad consumista, y que privilegia la apariencia y la imagen antes de lo espiritual. Ante esto nos queda solo la lucha consistente y sincera, la reivindicación de la actividad política como la única capaz de solucionar las diferencias en paz, la defensa de la democracia, la lucha por ampliar los derechos de los trabajadores y de los mas pobres, lo que nos queda por hacer es descubrir nuestra identidad, encontrar nuestro rostro, para por fin mirarnos cara a cara y reconocernos como compatriotas, como humanos, en definitiva hombres y mujeres con los mismos derechos y oportunidades, lo que nos espera para el bicentenario es esforzarse por construir una patria justa y de hermanos, como decía un poeta famoso “nuestra lucha es concientizar”.

Nicolás Barrientos Oradini